viernes, 30 de julio de 2010

Las últimas (By Q)

"Sí, me están buscando y no van a dejar de hacerlo hasta que consigan la información que tengo, negociar nunca ha sido una opción, por lo menos no desde que hubo bajas. Pero, no soy el único. Si me buscan a mí también debe haber una lista de gente a la que tienen en la mira... Tal vez..."

Gálvez se detiene por un momento, en mitad de una calle desierta (pero con suficiente luz) abre su maleta y toma el folder más gastado. Se apresura a revisar una de las últimas páginas, llena de nombres y direcciones. "...Valle de Chichen-itza esquina con Valle de Los Olmecas, Fuentes de Aragón/valle de Anáhuac, Ecatepec, Méx... Mierda, eso está muy lejos!, pero no tengo opción." Y sigue corriendo, al atravesar una calle alcanza a leer "Dr. Río de la loza" y de pronto lo inesperado.

Aparentemente prendido, un Cruze permanece inmóvil a mitad de la calle, Gálvez avanza con sigilo, en una mano la maleta y en la otra su magnum 44, la bata grita blanco en una noche oscura como pocas que haya visto la ciudad. La vista casi telescópica de Gálvez le permite ver una silueta en el asiento del conductor, se acerca un poco y una figura emerge del asiento del copiloto, humana, pareciera que tuvo la cabeza por debajo durante el rato que el doctor a podido ver, sin duda Gálvez imagina que la pareja lo ha pasado bien los últimos minutos; no es así, no para los dos.

La nueva figura parece advertir la presencia del galeno, de golpe abre su puerta y rodea el auto con velocidad para darle alcance, Gálvez hace la descripción pertinente: "Varón de unos 32 años, caucásico, brazo derecho mutilado en un 60%, evidentes manchas de sangre (con mayor presencia en la boca), pupilas dilatadas, perdida de la razón. Infectado." BANG! BANG! Disparos precisos en el cráneo, supervivencia. "Gracias a Dios soy cirujano" Por un momento Gálvez olvidó al conductor, al darse cuenta de esto levanta la mirada, dentro del auto la silueta permanece inmóvil. Rápidamente el doctor concluye lo obvio y puede relajarse un poco, se acerca al auto y lo rodea para entrar por el asiento del copiloto: "Varón de unos 25, caucásico, región abdominal aparentemente desaparecida, más de 2 horas muerto... MÁS DE DOS HORAS!, el cadáver no presenta haber tenido en algún momento síntomas de la infección. Inmunidad?! Sólo hay una manera de averiguarlo." Gálvez procede a hacer "una de las 5 cosas que hace mejor": tomar muestras.

Al pensarlo un poco: "...los dos sujetos tienen cierto parecido físico, habrá que tomar muestras del infectado para tener mayor certeza sobre la hipotética inmunidad."
Una vez hecho lo anterior, el Dr. Gálvez no puede más que patear fuera del auto al cadáver inerte y tomar su lugar. "Carajo! está mojado de sangre"

Mientras zurca enormes y desiertas avenidas, el galeno va pensando lo afortunado que fue al encontrar el auto y poder tomar muestras de los sujetos, todo parece ponerse mejor. No es así.
La ruta fue más o menos así: Fray Servando hasta Congreso de la Unión, de ahí al norte hasta encontrarse con el circuito interior, después Oceanía( Por qué no antes? para librar el aeropuerto), Carlos Hank Gonzáles hasta ("Ya casi no hay gas") la primera gasolinera después de Muzquiz.

El lugar es una zona devastada, cadáveres en todos lados, infectados y no-infectados, parece que la barredora del ejército ya pasó por aquí. Todo es quietud, todo es silencio; obviamente no dura mucho. Se escuchan pasos ("no, no son pasos, es algo más ligero"), sobre el asfalto, como un correr tranquilo, de pronto: un ladrido.

El perro se acerca con temor hacia donde Gálvez despacha gasolina al Cruze, parece cansado, seguro ha corrido mucho. Tranquilo, el galeno se agacha para revisar al perro ("sin rastros de heridas, parece golden"), al pasar sus manos por el cuello del can siente un collar escondido entre su pelo, su pequeña placa dice: Beck.

"Tú y yo, mi querido Beck, somos las últimas almas vivientes"

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