Dios también fue mordido (By Q)

"... ya les dije que los zombies no existen."

Y: Esta noche no te ha enseñado nada?, por cierto: tienen un arma extra?

D: Para qué?

Y: por si cualquier cosa

K: No te voy a dar una pistola, estas tan loca que en cualquier momento nos disparas.

El auto sigue corriendo, Karel sigue pensando qué hacer, no hay alguien a quien quisiera buscar, todos los que alguna vez le importaron ya los alejó el trabajo y pocas cosas le interesan más que lo que el dinero puede comprar... ahora está confundido.

El auto sigue corriendo, Mar... "YOKO" jamás ha estado tan emocionada como en este momento ("bueno, tal vez la primera vez que vi una película hentai"), las manos le sudan y su dedos juegan delicados sobre el filo de su machete, "es la aventura de mi vida" piensa. No tiene idea.

El auto sigue corriendo, Daniel (como no queriendo la cosa) se ha encargado de dar rumbo al Matiz hacia el poniente de la ciudad, y de vez en cuando una lágrima le zurca la mejilla derecha. "ya casi llegamos" se repite mentalmente a cada momento, como un método (nada efectivo, cabe aclarar) de tranquilizarse a sí mismo.

Karel: Puta, que aburrida me estoy poniendo! no tienes música?

*click*, el autostereo reproduce la canción en la que se quedó la última vez: "... ni cadenas ni lágrimas me ataron, mas hoy quiero la calma y el sosiego. Perdona mi tardanza, te lo ruego, perdona al andariego que..."

Karel: No mames, qué es eso?!

Daniel: Se llama Líber Ter...

Karel: Es una rola que escuchaba mi mamá, que teto! jajajaja

DAniel: Se llama "El andariego", idiota!

Yoko: ... el qué? nunca la he escuchado, no tienes algo de j-pop?

Daniel: oh, ese es el pop de Ja...

Karel: Mejor algo de Armin, wey!

Si Daniel fuera un personaje de Hanna Barbera le estaría saliendo humo de las orejas, lástima. Y lo intenta mentalmente: "tranquilo, Dani, a ver: 1...2...3...4..."

CUIDADOOOOOO!!!

*CREEEEEEECH*

Respiraciones hiperaceleradas, reclamos apenas entendibles de Yoko, Karel corta cartucho: "Quédense aquí", y abre despacio la puerta del auto.

Yoko: cuidado, puede estar...

Karel: ya lo se!

Daniel: ...

A un metro y setenta y dos centímetros de la defensa del imponente (see) Pontiac Matiz se encuentra una niña, su vestido rosa está escandalosamente salpicado de sangre y el cabello rubio (casi blanco, a decir verdad) cayendo sobre la cara sin permitirle a nadie conocer sus rasgos faciales. Karel avanza lento, en ambas manos el revolver, "estás bien?", y nada, silencio. Un par de pasos más, "niña, estás bien?"
La figura infantil se levanta lenta, como si el torso llevara al resto del cuerpo, su piernas parecen dos ramas de bambú, débiles y blancas como leche. Delicadamente su vista se va levantando, y cuando ha alcanzado por fin los ojos de Karel emite un grito tan inesperado como hermoso: "PAPI!!!", y corre a abrazarlo, como abstraída de mundo, Karel parece paralizado. Yoko sale del auto y se acerca a la escena, piensa: "esta niña no rebasa los 9, sus pupilas están dilatadas... seguramente no sabe ni dónde está. Y por el nulo parecido físico se deduce que Karel no es su padre y ella sigue en estado de shock".

Repentinamente desfallece en los brazos de Karel, una vez que pueden quitarle todo ese cabello de la cara descubren un rostro angelical, tan inesperado como el hayazgo mismo. Tan hermosa que por un momento parece no ser de la misma especie que sus descubridores.

-No tiene marcas de mordeduras o heridas?- Daniel, todavía intranquilo, desde la puerta entreabierta del conductor.

-dejame revisarla- Yoko, haciendo gala de sus dotes de enfermera. Es casi maternal. -No, está muy manchada de sangre pero no tiene ni una sola herida, está en perfectas condicines físicas. Aunque hay que esperar para ver cómo está del coco.

-Esperar?!- Karel, francamente disgustado. -No tenemos nada que esperar, si no nos movemos rápido nos pueden atacar.

-Y qué, la dejamos aquí?!

-Pues...

-Eres un idiota, no podemos dejarla!

-No vamos a levantar a todo el que se nos ponga en frente, ni siquiera tenemos comida!

-Qué más da?! tenemos municiones y con eso podemos entrar en cualquier autoservicio por algo de comer!

-Pueden dejar de pelear? -Delicada y tierna, la voz de un ángel.

Vergüenza, y con justa razón.

- Donde están tus padres, pequeña?- Daniel, aprovechando el silencio de sus (ya) compañeros.

-Ellos ya no están...

-Humm... y... cómo te llamas?

- mi nombre?... mi... no... me acuerdo...- Otra vez la cara tapada por los largos cabellos rubios, la pena de un ángel.

-Está bien, vendrás con nosotros.- Karel, conmovido, aunque intente ocultarlo.

-Pero no puedes quedarte sin nombre... ¿Qué te parece...? -Yoko, sabiendo lo que va a decir antes de empezar la frase. Pero Daniel también lo sabe.

-No, ni se te ocurra decirle Nia!

-Qué?! Pero cómo?!... Que ella elija! cada quien dice un nombre y ella escoge el que más le guste. Yo digo NIA!

-OK, yo digo Tomoe.- El obvio Daniel

- Freaks... yo digo Tania. -Karel, conciliador.

- Yo digo Tania!! - parece que el ángel recien bautizado está feliz.

-Pues bueno, ya es hora de irnos.

-Suba a su carroza, señorita. -Daniel, a veces se pone payaso.

-jajajaja, tu cochecito está chistoso. -El ángel se ríe del Matiz.

-Ya ves, wey. qué te dije? jajaja- Karel, tranquilo.

-jajajajaja- Mar... YOKO, cada vez más emocionada.

"en dónde ibamos, Dani? ah, sí: 5...6...7...8..."

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*Splash*

Lleva horas corriendo, intentando escapar de quien seguramente ya lo está buscando. Apenas vió el aspecto de uno de los infectados de la transmisión televisiva y salió tan pronto como pudo del hospital, nadie debía saber lo que él sabe. Las sirenas se siguen acercando, mejor que siga corriendo, doctor.