viernes, 23 de julio de 2010

No estamos solos (By Q)

"OK, mantén la calma.

Qué pudo ser ese tipo? Algún infectado de nuevas sepas de influenza? Un experimento fallido? Un puto zombie?! Nah, esas son mamadas de adolescentes que no tienen nada que hacer. Esto es real."

El auto avanza frenético, a él no le importa ir en contraflujo ("tal vez sea lo mejor"), a esta hora es difícil impactar con algo... A medida que se aleja del ruido comienza a recobrar la tranquilidad.

"No puedo dejar botado este asunto así como así... igual y se trata de un problema de infección local y lo mejor sea que me vaya a Tijuana, así, si las cosas se ponen feas estaré a dos pasos de Estados Unidos... Buen plan, buen plan. Que se chinguen a Cárdenas en su casa de Aragón."

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Silencio. La calle lleva una hora en silencio, los gritos y los golpes en la puerta cesaron. Pero no las imágenes dentro de su cabeza, su vecino convertido en una asquerosa fiera babeante y enardecida, los últimos segundos antes de ser embestido por el zombie que no lo dejó salvar a Klarizze, la puerta por la que vio salir llorando a Melissa. Sí, su coche sigue estando a unos pasos de la puerta trasera, pero ¿a dónde iría? "tengo que saber sí Melissa está bien", sí, su miedo a salir (a moverse) sigue siendo más fuerte que su necesidad por saber si su único amor está bien. "Tal vez si la llamo", idiota, el teléfono sigue inservible.

"Qué es eso?" El sonido de un motor se escucha tenue pero insistente, se acerca. "Ya viene la ayuda, Beck". Se acerca, se acerca, y en dos segundos parece suceder todo: Un rugido, llantas derrapando, las luces altas sobre las ventanas de la entrada principal, el grito de Daniel, la puerta y parte de las ventanas(antes mencionadas) cediendo ante el metal de ese Platina 2007, un cuerpo despedazado impactado contra la Led TV, y vidrios rotos, muchos vidrios rotos... Silencio.

silencio.

-Hay alguien ahí?!

-Quién es?!

-Me llamo Daniel, soy el dueño de la casa.- desde la cocina, con un sartén entre las manos

-Karel, responsable de que tu entrada sea más grande. No hay ninguno cerca?- desde el auto (o lo que queda de él), con las manos sudorosas sobre el volante.

-Ningún qué?

-Pues ningún, ningún...

-Zombie?, no, no hay ninguno.

- ...OK

EL cinturón de seguridad se desliza y la puerta sólo puede abrirse con una patada "Qué me importa, ya es perdida total". EL pecho le cobra factura por su choque imprevisto, de no haber traído el cinturón no tendría ese dolor... ni niguna otra sensación. Daniel sale titubeante de su escondite, todavía con el sartén en mano...

-Tienes coche- Karel, cada vez con más ganas de salir de la ciudad- tengo que llegar al aeropuerto en una hora.

-Acabas de estrellarte contra mi entrada, impactaste un zombie en mi pantalla, la mitad de tu auto sigue en mi sala! no te vas a ir de aquí hasta que pagues todo.

-El seguro lo pagará, ahora lo más importante es...

Otra vez los motores desde lejos, luces que se acercan... luces bicolores giratorias, estúpidas luces giratorias.
Al final son tres las patrullas que llegan, haciendo un semicirculo a forma de barricada en la entrada. Uno de ellos baja y mientras revisa las placas traseras del Platina es tacleado por el olvidado ex-vecino de Daniel, rápidamente el resto de los policías sale de sus patrullas y disparan a quemarropa sobre el vecino y su propio compañero.

- Qué acabas de hacer, Juarez?!- Increpa el capitán a uno de sus patrulleros
- Señor, ya no podíamos hacer nada.
- No lo había mordido, pendejo!
-...

-Ahora ve a revisar adentro de la casa!
-Pero señor...
-Ya me escuchaste, imbécil!- Grita el capitán al tiempo que apunta su revolver hacia la frente del patrullero Juarez- Ya perdimos a un patrullero hoy, quieres que sean dos?
- No señor...

Temeroso y temblando, Juarez entra por una orilla del auto hacia la casa, el miedo lo hace descargar cinco tiros sobre el cuerpo inmóvil que se mantenía en la sala... De pronto sólo escucha gritos y disparos en la calle, después: silencio.

Y un grito.

-somos 2 sobrevivientes, oficial!
-donde están?
- En la parte de atrás, en la cocina.
-Salgan!

Las manos abiertas y en alto, sólo uno de ellos, ¿el otro? tiene una mano libre y en la otra empuña un sartén.

-Para qué el sartén?
-Para esto!

THUMP!

-Lo sentimos, Juarez.

La escena afuera es desgarradora. Cinco aparentes civiles ("son zombies, Karel") con tiros en todo el cuerpo, y otros cuatro policías mutilados. Sólo una parece respirar: "Un hospital..." sus últimas palabras antes de su último aliento humano.

-Cuánto crees que tarden en "despertar"?- Daniel

-Con suerte un par de minutos. Mejor vámonos... Qué diablos estás haciendo?!

-Parece que traían algunas balas todavía, seguro en las patrullas hay más armas.

-... Ok, tomémos una y vámonos ya de aquí.

AMMO, OK, tal vez lo logre.

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