sábado, 25 de septiembre de 2010

El amigo, el hermano y el hijo (By Q)

*click*

El maletín se abre lento, permite ver parte de su contenido: Un documento grueso y pesado, coronado con una etiqueta escandalosa de “Confidencial”. A un lado un estuche transparente con 3 jeringas y tres frascos pequeños, cuyo contenido es un misterio. La leyenda “salvación” escrita sobre las etiquetas de los frascos. En una esquina del maletín se encuentra atorada una llave, pequeña pero da la impresión de gran importancia por lo impecable de su manufactura.

Con curiosidad y desconfianza Yoko se acerca, inspecciona con cuidado cada uno de los objetos contenidos en el maletín:

Y: Qué será todo esto?- hojea el documento y la enorme cantidad de páginas parecen no terminar nunca de desfilar por sus dedos.

K: tal vez deberíamos leerlo y ver de qué se trata.

Y: pues no lo sé, aquí hay muchas fotos de Daniel. Parece que te han seguido por mucho tiempo…

D: Por qué harían algo así? Mi vida es… era tan normal como la de cualquiera hasta que todo este desastre empezó. Ahora me dicen que soy una maldita “pieza clave” en este asunto y que es mejor que esté “del lado correcto”. Por qué me torturarían entonces?

Yoko no hace caso a las palabras de Daniel, lee con atención fragmentos del documento. Karel se encuentra investigando el interior de la bodega, pues ésta se divide por contenedores y parece tener varias puertas a la calle, revisa cada contenedor con minuciosidad, siempre apuntando amenazante su .9 mm. Tania es la única que parece interesada en lo que Daniel pueda decir… no por mucho tiempo.

T: Qué es eso?!

D: Qué cosa?

T: Qué es eso?, tengo miedo!!- La niña señala con horror la esquina más lejana de la bodega, Daniel intenta enfocar su vista en el punto preciso pero no consigue nada, la luz del sol ya es muy tenue pues la noche está por caer. ¬– ME ESTÁ VIENDO!!

D: pero qué? Qué te está viendo?!

Karel ya ha regresado y parece desesperado por encontrar el interruptor de la iluminación, sabe que si las bestias los atacan ahí podrían no tener tanta suerte como en el accidente. La desesperación y los gritos de la niña van aumentando la tensión en el lugar; Yoko, Daniel y Tania se han agrupado en derredor de la silla, sólo el espíritu los mantiene a flote, sus cuerpos resienten el dolor de los últimos acontecimientos. Por fin Tania guarda silencio al apretar con fuerza su cara al vientre de Yoko, como queriendo escapar de la situación, no se escucha nada más que alguno que otro sollozo. El miedo de que posiblemente sean atacados en esa oscuridad no les permite tranquilizarse.

D: Necesitamos que prendas la luz ya!!

Y: Karel?...

D: No te hagas el gracioso…



Nada. Silencio y nada más.

D: Tengo que ir a buscarlo

Y: NO!, no puedes dejarnos solas aquí.

D: no pasará nada… esas cosas siempre hacen ruido. Ahora escuchas algo?

Y: no, pero…

D: no te preocupes.

Y: No puedes dejarnos…

D: voy a regresar en un momento.

Y: No! No te vayas tú también…

D: “también”?

K: VOILÁ!!

Las fuertes lámparas de la bodega se encienden en un instante revelando un par de verdades poco comunes.

1) A una distancia aproximada de 25 mts (en esa esquina lejana de la bodega) se encuentra una Ford Explorer.

2) A una distancia aproximada de 4 metros (y cada vez menos) un “individuo” obviamente infectado los observa como si se tratara de un delicioso manjar con el cual saciar por fin un hambre añeja. El individuo sonríe.

Los gritos de Tania y Yoko no se hacen esperar, Daniel alcanza a divisar a tiempo el fragmento de tubo oxidado con el que él mismo fue aporreado, lo levanta y con el coraje acumulado por mucho tiempo lo impacta con fuerza en la cara del monstruo. Éste cae y ya no vuelve a levantarse, ha sido un golpe letal aún para un no-muerto.

Y: Por Dios!! Estaba sonriendo?!

D: Sí, el muy infeliz.

Y: Pero ellos no…

K: Todos están bien? –Karel con un claro gesto de angustia, procurando sobre todo al ángel.

D: Sí, pero puedes hacerlo un poco menos dramático la próxima vez. Casi nos ataca un zombi sonriente y sigiloso.

K: Carajo, estaba sonriendo?

D: No tengo idea cómo o porqué. Pero sí.

K: Las sorpresas nunca terminan…

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-Siempre detesté tu maldita falta de precaución!

- Ja! Ya sabes que no puedes esperar mucho más de mí. Me debo a la ciencia, Arthur.

- Cabroncete de quinta!- El abrazo es de hermanos, de verdaderos compañeros de mil batallas.

El compañerismo y la nostalgia duran poco, hay asuntos más importantes.

-Si estás aquí significa que las cosas en verdad se están poniendo mal

-“mal”? esto es peor que nuestro pronóstico más pesimista de cómo debían ir las cosas.

-Y qué vas a hacer? Ya deben estar buscándote

-Claro que lo están haciendo y no tardarán en venir por ti. Si no pudiste contra una de estas cosas imagínate lo que harás contra un escuadrón de hombres armados.

-Ya me las arreglaré

-Como siempre… Hablando de cosas importantes: tus niñas y tu esposa?

-Una vez que esto empezó sabía que no podían quedarse aquí, están en un lugar seguro.

-Ya ni a mí me lo vas a decir?

- No es por ti, las paredes oyen.

-Claro… crees que ese lugar seguro tenga espacio para uno más?

-Es seguro para ellas, para ti ni Saturno es seguro. No cuando una agencia de seguridad gringa te tiene en la mira, mientras no tengas recursos ilimitados sólo retrasas lo inevitable.

-… bah, yo también me las sé arreglar.

-Claro, si no no estarías aquí.

-Precisamente, viejo amigo

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“…así es hermanos, el señor ya lo ha hecho antes y ahora es nuestro turno. Se nos ha puesto a prueba y sólo los que sean verdaderamente justos y tengan fe podrán salvar su alma de la penitencia eterna. Los impíos, los corruptos del alma, los que han negado e ignorado al señor encontraran su destino en las candentes llamas infernales por los siglos de los siglos.

Pero no teman, mis hermanos. Pues Dios nuestro señor siempre provee a sus hijos más devotos, Él nos ha enviado tan amorosamente a uno de sus fieles ángeles para que nos muestre el sendero que habremos de seguir. Nuestro trabajo, hermanos, es encontrar a esa criatura celestial antes de que el maligno se atreva a interferir, debemos traerla a la santísima casa de Dios.

El señor ha querido, como siempre, que seamos dueños de nuestro propio destino. En nuestras manos está nuestra salvación, Dios es grande y misericordioso. Quien en verdad tenga la voluntad y la fe vivirá para siempre en el reino de los cielos.”

La misa concluye y la búsqueda inicia.

1 comentario:

mrcrowley dijo...

no mames master.. ayer ser me ocurrió una idea similar a la última parte, es una larga historia, lo leo apenas hoy, es perfecto. De verdad master, trataré de hacer mi mejor esfuerzo.