miércoles, 14 de octubre de 2009

13 (by Q)

(no estoy seguro si ya había escrito una entrada con ese nombre, espero que no)

Ayer fue un día especial, y no lo noté hasta entrada la noche.

Hasta las 10 am todo parecía normal. Se me hacía tarde para la escuela y el transporte público no parecía querer ayudarme... algo angustiado recorrí el largo trayecto (pues esta semana me quedé en mi casa), en el camino un sinfín de cosas cruzaron por mi mente... futból, dinero, el futuro lejano y el cercano.

El micro avanzaba lento por Ermita Iztapalapa al filo de las 12:00pm, ahí lo mismo de siempre, gente con caras largas, tráfico, vendedores ambulantes y una enorme cantidad de comercios, también algunas casas (graffiteadas casi todas), en la fachada de una de ellas (de tono un poco más humilde que el resto) se alcanzaba a leer un cartél que decía algo como: " A las personas que quieran venir a la misa del joven Alberto "moreno", será a las 7 de la noche.". De esas cosas que dan curiosidad ¿Cómo un chico muere joven? ¿Qué tuvo que pasar? Tal vez no tenga importancia.

Para desgracia mía la velocidad de mi transporte no varió mucho, así que a eso de las 12:35pm llegué al escuela sólo para lamentarme por haber perdido mi única clase del día. No me quedó más remedio que acercarme a una computadora y hacer algo de tarea pendiente, además de escribir la primera entrada de ayer. Salí alrededor de las 3, me compré una torta y busqué una ruta para regresar a mi casa. Como no quería repetir el tedio de tomar la misma ruta que horas antes preferí caminar hacia el metro "Constitución de 1917" y de ahí iría en camión hasta Zapata. Pasaron algunos minutos y cuando por fin pasó el camión descubrí que no tenía cambio suficiente, "ahí abajo te lo cambian" me dijo el chofer refiriendose al billete de $50 que traía. Bajé y el camión avanzó olvidandose de mí.

Cansado me dirigí hacia el metro... meditaba sobre cuál ruta sería la más rápida y casi por eliminación surgió que podría irme hacia Chabacano, de ahí a Centro Médico y tomar la linea 3 hasta Potrero. Me encontraba en el andén cuando llegó un mensaje de mi padre diciendo "ya voy pa allá", contrariado contesté y me dijo que se había equivocado al enviar el mensaje. Curioso.

Iban a dar las cuatro y me encontré con la fortuna de ir en los vagones delanteros que poco a poco se irían vaciando y sólo mujeres subirían (creo que es una fortuna porque comunmente con las mujeres no hay olores raros o desagradables). Al fin llegué a Potrero y en el autobús me encontré a Ivonne (la amiga de la que les hablaba ayer en la segunda entrada), apenas llegamos a Indios Verdes y empezó a molestarme, entonces yo contraataqué... y así estuvimos, jugando como si fuéramos niños pequeños por un rato.

Las cosas se calmaron (pues ella se durmió), entonces mi celular empezó a vibrar (no me gusta que suene porque suena horrible), me encontré en dificultades porque mi celular estaba del lado de ella y si intentaba sacarlo seguramente tendría que tocarla (además de que no querría despertarla por tocarla y que ella creyera que me estoy pasando de la raya... hay que andarse con cuidado), vibró una segunda vez y no contesté. De repente un vendedor subió así que ella se despertó y pude sacar mi celular sin problemas, segundos después vibraba de nuevo. Lo revisé y el número me era desconocido, al contestar me dí cuenta que era Ale, resulta que minutos antes le había llamado sin querer, aclaramos el malentendido y todo bien. Siguen pasando cosas poco comunes.

Llegamos al fin a Tecámac y los caminos de mi amiga y el mío se separaron, ella tomó un camión y yo una combi... en el camino alguien conocido subió, era mi amigo Manuel Guerra (de la secundaria). Me comentó sobre su vida a grandes rasgos, resulta que tiene un hijo recién nacido. Las sorpresas no paran de llegar.

La combi no me deja tan cerca de mi casa, así que mandé un mensaje a mi madre diciendo que ya estaba cerca y contestó con un: "Sí. Sabes? Sucedió algo especial"
Uno de esos mensajes que son el misterio mismo, apresuré el paso pensando qué es lo que pudo pasar. Me cruzaron mil cosas, pero ninguna justificaba que ella dijera algo así, de ser algo que yo hubiera hecho habría esperado hasta que yo llegase para decirme; de ser algo bueno habría mencionado la palabra "sorpresa"... sólo había algo que podría ser pero no me atrevía siquiera a pensarlo.

Una cuadra faltaba para llegar, desde ahí noté varios coches alrededor de mi casa. Unos pasos más y alcancé a distinguirlos, casi todos de mis tíos, excepto uno, una camioneta negra y algo alargada. Más cerca y pude ver a alguien frente al zaguán, sobre una escalera pequeña intentando colgar algo, un largo moño negro. Efectivamente, la camioneta era de una funeraria... Eso no hacía más que comprobar lo que ya sospechaba, lo que desde hace tiempo toda la familia pensaba pero nadie decía.

Alrededor de las 2:30pm de ayer mi abuela materna falleció. En el velorio poca gente lloró, mostrando que nos alivia que ya no tenga que sufrir como desde hace mucho lo hacía...

Los primines llegamos a la conclusión de que si esto no nos enseña nada entonces estamos jodidos, las cosas son así y por ahora me da gusto que mi abuelita esté donde siempre mereció estar.
Una estrella más para contemplar.

2 comentarios:

Wari dijo...

de hecho la entrada se llamó algo así como: "ya son trece", Bueno, un minuto de silencio por la perdida, Al final solo se cumplio el inevitable ciclo.Espero que en tu casa lo asimilen bien..

Aldokeh dijo...

Pues te doy el pesame, siempre es triste que un ser querido se nos vaya, sin embargo, hay ocasiones en que ya es justo el descanso para la persona y para las personas a cargo de ella, si como dices tu abuelita ya estaba mal y sufria, pues como que no es justo que siguiera asi. Mala onda mai pero que podemos hacer.
Pax